viernes, 14 de marzo de 2008

Riazor, sinónimo de derrota


Escuchar la palabra Riazor provoca desde hace 17 años una mezcla entre miedo, impotencia y vergüenza en el Madrid. Cuando el árbitro pita el comienzo de un Deportivo de la Coruña-Real Madrid el tiempo se para, la actualidad se olvida, el liderato se arrincona y el aciago momento del malcriado Baby Depor se ignora. De hecho la Real Academia de la Lengua está meditando incluir Riazor entre los sinónimos de derrota.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y el Madrid el único equipo que lo hace 17 veces seguidas. Todavía no se ha encontrado una explicación a por qué desde aquel autogol de Rocha en el 92 el Madrid ha salido siempre como un Titanic de las costas coruñesas, chocando con el mismo iceberg y con los mismo errores. Ni con Raúl, ni con Mijatovic, ni con Suker, ni con Figo, ni con Ronaldo, ni con Zidane. Da igual el 4-4-2, el 4-3-3 que el 5-4-1. Los únicos números que han valido en esta fechas han sido los 4-0, 3-0, 3-1, 5-2, etc.
Un servidor tan sólo tenía tres añitos cuando Hierro, Michel y Butragueño iban a cerrar una caja fuerte que desde entonces no se ha vuelto a abrir.

Coruña es el ejemplo de una ciudad que pasó del Antiguo Régimen merengue al vanguardismo antimadridista. La historia del feudo que se convirtió en un infierno. El camino más directo del amor al odio, de la suerte al gafe. Este sábado el Depor busca cumplir su mayoría de edad, los 18.

Al Madrid sólo le queda agarrarse los machos, invocar a sus meigas y matar, por fin, a su aguafiestas y a su verdugo, que vuelve un año después. La portería de Riazor volverá a hacerse pequeña.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mientras no aparezca el díscolo Djalminha para hacer un sombrero a Pepe me conformo... bueno con eso, y con el 1-1 que se va a dar.

Andrés Romero dijo...

La verdad es que sí, Riazor ha sido un vericueto, un lugar gafe, un martirio tras otro.

Este año no están bien, pero están mejor que hace unas fechas. Además, mañana estarán motivadísimos.


Un abrazo, amigo.