Crónica de una tozudez anunciada

Chochear: 1. intr. Tener debilitadas las facultades mentales por efecto de la edad.
2. intr. coloq. Extremar el cariño y afición a personas o cosas, a punto de conducirse como quien chochea.
3. intr. Actividad favorita de Luis Aragonés.

La cabezonería ha podido una vez más al sentido común y a la lógica, y más aun cuando dicha cabezonería procede de un ser simiesco y refunfuñón que no ha dado su brazo a torcer a una decisión que tenía firmada con tirria, y que, pasara lo que pasara no iba a cambiar. Su irrisoria teoría de que Raúl no ha estado a la altura para ir convocado provoca un suicidio argumental de tal calibre cuya superación es imposible. Pero no, ahí está Luis, capaz de aumentar el agravio convocando a Sergío García con tal de no dar la voz y el voto a los que machaconamente y con razón han pedido la vuelta del capitán, no por imposición, sino por merecimiento. El número 23 de la lista cuyo equipo se encuentra en el puesto 18 no merece estar en esa lista antes que el tercer goleador de la liga, pichichi de su equipo y también tercer goleador español. Sólo la inclusión de Bojan podría haber dado sentido a esta tozudez. Me pregunto yo que habrá hecho el delantero zaragocista para estar en Austria y Suiza, a parte de mandar a su equipo casi a segunda (si es que en 24 horas no lo ha mandado por completo)

Pero la cosa no queda ahí. No sólo es la no presencia de Raúl en una fase final desde el 98 el problema. Como señala el dicho: "son todos los que están, pero no están todos los que son". Ni tenemos defensa, ni tenemos extremos, ni tenemos cabeceadores, ni tenemos ná. Eso sí, tenemos por el contrario a Marchenas, Juanitos, Puyoles, Xavis y Navarros. La créme de la créme, la alta élite de la nobleza futbolística, vamos. Quizá alguien cercano a Luis sepa explicar a estas alturas la relación sentimental entre el míster y Marchena-Juanito. ¡Huele a bodorrio en la Federación! Me repudia seguir viendo en la selección a estos dos. Si se pudiera recoger firmas por iniciativa popular para que les echaran no íbamos a necesitar ni media hora para conseguirlo.

Del centro del campo De la Red ha visto recompensado en exceso una temporada que comenzó bien pero que ha terminado mediocre. En detrimento de esto el sacrificado es, como no, Guti, que posee el doble de calidad, el doble de asistencias de gol y el doble de merecimiento, pero que una vez más se queda doblemente fuera: porque sí y porque sí. Aunque lo de este ya no es sorpresa. Y si faltaba algo, 5 jugadores que nunca han vestido la roja lo harán por primera vez... y en una Eurocopa. Eso es improvisar y los demás son tonterías.

También es curioso que el Liverpool -con total merecimiento- y que el Valencia -estos no- sean los que más jugadores aportan a la selección. Lo de los chés sólo lo entiendo por su parecido léxico con chochear, es que no encuentro otra explicación. Por lo que respecta a la punta de ataque, tendremos que encomendarnos al niño -que me da a mí que es nuestra única esperanza- y a la resurrección de Villa, quien no suele fallar con la Roja.

En fin, que esto pinta como siempre, ni rosa ni verde esperanza, color mierda p`a variar.

Viva España...y tal.

Del pasillo al paseíllo

Leon Tolstoi mencionaba que "el secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace". En esta afirmación vive ahora mismo el Real Madrid desde que el pasado domingo se proclamara campeón heroicamente en Pamplona y ayer descorchara el champán en la misma cara de los culés. Porque éstos, los de rayas azul y grana, se apuntaron a una fiesta a la que estaban invitados como vips, aunque ellos no querían asistir. Finalmente lo hicieron, no por su voluntad sino por las normas, completando un ridículo que hacía años que no se veía en un clásico tan clásico. El de ayer sólo tuvo un color con un resultado que se quedó corto visto lo visto y con un campeón que hizo honor a su título aprovechando el manjar del derbi con una grata sazón.

El Barça se encargó de tirar su orgullo al suelo y el Madrid de pisotearlo de la manera más humillante y jocosa posible. Fueron cuatro pero pudieron ser ocho. Los blancos no quisieron hacer sangrar más a una hemorragea andante -con Henry a la cabeza- en la que tan sólo Messi se resistió a seguir aguantando tal vejación de los Derechos Universales del Barcelonista. El Madrid, que podía elegir entre descansar y humillar, eligió la opción segunda con un espíritu de alegría y festejo que recordaba a los grandes "Madrides" de la historia. De esta manera y a ritmo de pinball los campeones mareaban una y otra vez a los ahora tercerones recordándoles -sobre todo a la prensa catalana- porque les separa 17 puntos. Ni liga mediocre, ni leches. Este Madrid es justísimo campeón; ha pasado baches malos durante la segunda vuelta pero ha sido el más regular.

El pasillo -con el que el Marca se va a forrar gracias al famoso póster- duró 90 minutos convirtiéndose en un paseillo festivo. El público del Bernabéu disfrutó más que en un concierto de sus ídolos y los que lo vimos desde casa no podíamos despegarnos de la cara una sonrisa mordaz. Solo faltaba la voz de Louis Amstrong, con su What a Wonderful World, y el quinto gol para completar el clímax de placer.

De entre los titanes blancos surgió uno negro de los que a su gran trípode se le sumó un gran coraje. No fue esta vez un torpe sino más bien un tanque que se encargó de aplastar a todo barcelonista que saliera a su paso. Además se permitió un lujo que va contra su filosofía, tiró un caño, arrancó con fuerza y puso a Higuaín -el niño prodigio- el tercero en bandeja. Raúl también hizo el suyo y Luis tuvo que volver a escuchar al pueblo reclamar al "7" de España. Robben metió su segundo gol de cabeza como profesional consecutivamente, y Van Nistelrooy volvió como se fue, marcando.

Así, el partido fue una estación de parada entre lo demasiado y lo muy poco, en el que el Madrid lo fue todo y el Barcelona nada. Ahora mismo la parroquia blanca vive en una balsa de aceite hirviendo de felicidad, un estado de ánimo que contagia a todo el madridismo y que nos hace gritar que una vez más somos los mejores. Si el año pasado se dio el golpe de estado con Capello, este año Schuster ha conseguido fijar un régimen estable. Como dice el cántico... "y va a seguir y va a seguir la dictadura del Madrid, no va a parar, no va a parar la dictadura del Real".

Cojones y ¡¡¡campeones!!!

Hoy me han hecho recordar por qué soy del Real Madrid. Gracias cabrones una vez más por hacerme gritar campeones.

Había que hacerlo emocionante y festivo, no se podía celebrar un título sin jugar el partido, sin sufrir, sin dejarse los huevazos -porque hoy no ha habido huevos, ha habido huevazos- y sin demostrar por qué el Real Madrid es el mejor club de la historia. Se ha luchado contra el reloj, contra el árbitro y contra la peor afición de España con sangre -Heinze-, clase -Robben- y coraje -Higuaín, a quien me rindo a sus pies.


El Madrid ha fortalecido la famosa frase de Helenio Herrera, "con díez se juega mejor que con once", y lo ha hecho hasta con nueve. El gol injusto de Osasuna encendió la sangre blanca de estos diez guerreros que lucharon como auténticos héroes en la batalla del Reyno de Navarra.


Hoy se han visto las dos caras de una misma moneda con dos equipos que se jugaban la vida; el uno con todo a favor no quiso, y el otro, con todo en contra se dejó el alma y lo que cuelga entre las piernas. Los cascarones blancos pudieron contra los puñales rojillos que habían asestado un navajazo trapero a ocho minutos del final, pero esta vez ocurrió lo contrario al partido contra el Valencia. En dos minutos los andamios de la Cibeles, que estaban a punto de ser retirados otra vez, volvieron a apretarse fuerte porque primero Robben y después Higuaín -gracias Pipita- rompieron la liga y los corazones osasunistas, pero enamoraron una vez más a todos los madridistas.

Mañana más, hoy toca disfrutar.

¡¡¡¡¡¡¡H A L A M A D R I D!!!!!!!