martes, 21 de octubre de 2008

La misma "porca miseria" de siempre


Celebraban con extrema felicidad los juventinos al acabar el encuentro, como si de una final se tratara, la victoria cosechada ante el Madrid en la noche de hoy. Y no es para menos. Un equipo que se suponía transportaba una crisis tan fulminante como la financiera, mermado de bajas -hasta 6- y con un entrenador al borde del despeñadero ha conseguido ganar a un Madrid que se las prometía muy felices en la previa del partido pero que se fue con la misma cara de siempre en estos choques. Esa que hace recordar a los blancos porque llevan tantos años haciendo el ridículo por los campos del viejo continente cuando de contienda de alto estanding se trata. La Juve noqueó al Madrid de la única forma que podía y el equipo de Schuster, lejos de prever el tortazo, se lo tragó a bocajarro y sin anestesia. Así lo que en principio sólo era un crochet que trataba de avisar se convirtió en un K.O mortífero a pesar de que tras el segundo gol de la Juve un hilillo de vida floreció entre los jugadores blancos. Demasiado tarde.

Y como la Juve no es tonta, es italiana, aprovechó la narcosis blanca para lanzar sus dardos en los primeros minutos de cada parte. A los 5 ese viejo que recuerda a Raúl pero que aún le queda mucha clase desencajó a un Casillas demasiado adelantado. En el 3 de la segunda el error garrafal de Pepe acompañado de la desafortunada pierna de Heinze hizo estallar al Olímpico. 2-0 y un muro italiano esperando. Dos burdos errores defensivos que condenaron al Madrid por partida doble, una por el resultado, otra porque le hizo despertar para nada. Una hora tardó el Madrid en ponerse el mono de trabajo. Fue con la entrada de Robben cuando Schuster se dio cuenta (o eso creemos) que el holandés debió ser titular y que el trivote atacante es estéril. Ahí fue cuando el Madrid se echó arriba comandado por Sneijder el único -dicho sea de paso- que le daba sentido al juego directo y ponía balones en condiciones. Pero el propio Schuster que minutos antes había solucionado el desaguisado que había plantado antes de comenzar el partido dejando un centro del campo kamikaze defensivamente hablando, volvió a liarla. Primero cambiando a Van der Vaart por Drenthe que lejos de dar profundidad (para variar) no hacía otra cosa que estancar sus centros contra la defensa italiana, o mandarlos a la grada. La otra gran pifia del técnico alemán fue cambiar a Robben de banda. Una decisión inútil que repite en cada partido.

Pese a estar con el agua al cuello el Madrid pudo finalmente remontar. Tuvo 20 minutos para hacerlo. Pero se quedó a medio camino entrando en un estado de desesperanza que tras haber provocado el furor por una posible remontada se quedó en balas de fogueo. La Juve resistió como mejor sabe el embite madridista: defendiendo. El último tiro de Robben desvanecía cualquier esperanza que quedaba por empatar un partido en el que siendo justos el Madrid mereció más, pero que por pardillos y por errores ridículos no se llevó. Una derrota sangrante de las que duelen mucho aunque para Schuster entrara en sus planes.

4 comentarios:

wollen dijo...

Es increible como se puede tirar asi un partido. Luego trataron de solucionarlo en la segunda mitad pero de nada sirvio, los nefastos minutos de la primera parte eran demasiado lastre como para levantarse, aun asi todavia pudimos empatar el partido, lastima de poste de Sneijder.

Schuster la cago al principio y la volvio a cagar al tardar una hora en sacar a Robben. Solo espero que esto le sirva de leccion porque dentro de 15 dias vuelven los italianos

Salu2!!!

Dani Navedo dijo...

Hola.

Hay equipo que se crecen contra el Madrid, la Juve y el Depor son dos de ellos.

Un saludo!!

El fútbol es injusto

Ángel Martín dijo...

Yo no creo en las maldiciones. Ni excusas, ni leches.

Schuster perdió el partido él solito con su sistema. Super ofensivo y sin bandas, a los italianos les vino como un regalo.

Saludos

Andrés Romero dijo...

Francamente, el Madrid hizo el indio durante el primer tiempo y lo acabó pagando.

Vaya planteamiento de Schuster, un suicidio auténtico.


Un abrazo, amigo.