El cristianismo planta cara el messianismo

El tsunami bipartidista que ha aterrizado en esta liga se está llevando por delante todo lo que no comulga con el cristianismo o con el messianismo. Sólo llevamos cuatro jornadas y éstas dos religiones de signo balompédico ya han azotado, castigado y hastiado a los rivales condenándolos a un agujero negro que les aleja a años luz de los dos primeros puestos de la liga. En sólo cuatro partidos la cara A del campeonato ya tiene titular: Madrid y Barça; juntos por un título. De la mano, como casi siempre, los dos grandes se arrojan sus atributos a la cara. La lucha por quién la tiene más grande; el Madrid con CR9, Kaká y Alonso, o el Barça con Messí, Ibrahimovic e Iniesta. Hasta el momento uno juega y el otro pega, pero lo que es indudable es que ambos ganan sus partidos con abuso de superioridad. El Barça ahoga a sus rivales sin dejarles en mucho casos un microscópico respiro; al Madrid no le hace falta rizar el rizo para ganar los partidos, se han serigrafiado en el pecho la palabra de moda: pe-ga-da. Pero no todo son atributos en este Madrid. Pellegrini sabe que la pegada no es suficiente si se quiere derrocar al Barcelona. No todos los rivales son el Villareal y no sólo el Madrid tiene pegada. Una verdad absoluta dicta que los blancos sufren sin balón y que dan demasiadas facilidades al rival para llamar a la puerta de Casillas. Las verdades absolutas, como los borrachos, nunca mienten. El ingeniero chileno está cocinando un equipo nuevo, probando las rotaciones que usaba Guardiola y que le hicieron en su día una figura a tener en cuenta e intenta crear un estilo propio que todavía no tiene fecha de estreno pero que sus entradas ya están en la reventa. El populacho demanda lo mejor del nuevo Madrid, en fase de construcción, éste de momento oferta un carrusel de goles, jugadas de glamour y a Cristiano Ronaldo. Pero hasta ahora, fútbol total, más bien poco. Alonso, Lass, Kaká, Granero y Guti, duelo de cerebros en el centro del campo. Si funcionan ellos funciona el Madrid. Para todo lo demás, Cristiano Ronaldo.