lunes, 30 de junio de 2008

...y España es la mejor


Dicen que entre flores, fandanguillos y alegrías nació mi España la tierra del amor. Que Nadal, Alonso y Gasol no se cansan de ganar. Que amamos la tortilla de patata, el Rioja y el jamón. Que la sardana, la jota y el chotis le dan mil vueltas al breakdance. Que nos gusta la fiesta más que a un niño un chupa-chups (invento español también). Que el Seat es más humilde que el Audi y la humildad nos ha hecho ganar esta Eurocopa. Que anoche hubo 45 millones de orgasmos. Orgamos rojigualdos y plazas abarrotadas. Que España canta, bebe y baila. Desde Tarifa a Santander, desde Gerona a Finisterre, desde Palma a Tenerife, de Madrid a Barcelona, pasando por la Plaza de Moyua en Bilbao, la calle San Martín de San Sebastián y la plaza de la Virgen Blanca en Vitoria. Éstas tres últimas con especial emoción por ser desgraciadamente atípico verlas teñidas de rojo y oro. Porque ayer, 29 de junio, la historia de este país ha cambiado. Ya no somos perdedores, ya no somos unos pringaos, ni unos mantas, ni el hazmerreír de Europa. Ahora somos campeones. Campeones sí, de Europa hoy, del mundo en breves. Porque éste equipo y esta gran nación lo merecen. Porque la Roja ha unido a un país entero, y eso no ocurre todos los días. Porque hoy es el día de más ronqueras de la historia y el de las resacas menos resacosas. Porque somos los mejores en todos los deportes. Porque yo soy español, español, español. Porque podemos y pudimos. Porque España entera está de borrachera. Porque el protocolo se volvió a romper ayer en el palco del Prater, como mandan los cánones, los nuestros, los que hacen que Spain sea different. Y sobre todo por ellos, por nuestros héroes. Iker, Puyol, Marchena, Capdevilla, Ramos, Senna, Iniesta, Xavi, Cesc, Torres, Villa, Silva, Cazorla, Güiza, Navarro, Albiol, Arbeloa, Juanito, Reina, Palop, Xabi Alonso, De la Red, Sergio Garcia y Luis, también por Luis. Porque somos españoles, y por fin, campeones. Porque los optimistas tenían razón y el día 29 España fue campeón.

VIVA ESPAÑA, 44 AÑOS NO SON NADA. YO VI A ESPAÑA GANAR LA EUROCOPA

viernes, 27 de junio de 2008

Hacedlo por 45 millones de razones


Que nadie nos baje de esta nube. 24 años para volver a vivir algo así. Yo no lo había vivido nunca, claro, y pensé que nunca lo iba a vivir. Pero a veces el fútbol rompe sus pizarras clásicas y borra de sus memorias la desdichada historia que siempre premia a unos y castiga a los mismos. Anoche el deporte de la pelota fue dibujado con pincel de oro y brillantes por once magnates del fútbol. Premió a los mejores, y los mejores fueron once toreros que descuartizaron los sueños rusos y convirtieron a 45 millones de almas en un solo sentimiento. Arropados bajo una misma tela, el pueblo español, cual 2 de mayo, salió a la calle a 90 minutos de la gloria definitiva si el dios del balompié acompaña. El país unido bajo una misma espina dorsal, bajo un grito promocional que puede dejar desbancado a los lemas predecesores. Ahora sí que podemos. España sí puede ganar la Eurocopa.

Al otro lado de la ilusión espera Alemania, la pesada y eterna Alemania. Son peores que nosotros, no miman al balón, más bien lo odian, pero cuando la tienen la revientan y no perdonan. Son el otro fútbol, el que siempre gana y desespera. Pero eso será otro cantar. España está a un paso de enseñar a Europa entera como se gana una Eurocopa: siendo los mejores y no los más afortunados. El tren del triunfo para los desdichados pasa muy pocas veces en la vida, ésta es una de ellas. O ahora o nunca. Lo que se empieza se termina. Los 22 elegidos están pagando la deuda nacional que tienen con el pueblo. Esperemos que el domingo sea el pueblo el que pague esta deuda. Ellos, los Marchena y Puyol, los Ramos y Hernández, los Iniesta y Fábregas, los Torres y Casillas, son los únicos que se han reído de la historia, los que quieren ser padres de su porvenir y no hijos de su pasado. La selección de fútbol ya no quiere seguir siendo el patito feo del deporte español, quiere hacerse mayor como sus compadres del baloncesto, balonmano, tenis, ciclismo, fórmula 1, entre otros. Quiere decirle al mundo que los españoles también somos los mejores en el deporte rey, ese que no es una cuestión de vida o muerte, sino algo más que eso.

P.D: ¡¡Yo soy español, español, español...!!
P.D2: Dedicado a Urkullu y compañía...¡¡¡España entera se va de borrachera!!!

martes, 10 de junio de 2008

La sidra se impuso al vodka


Y España salió viva de su primer partido. Sí, era lo esperado. El pesimismo antropófago que mostré en mi anterior post, y que mostramos la mayoría de blogueros, ha servido de acicate para que la ahora excitación febril quede guardada en la fresquera. Más bien, la victoria de hoy debe servir únicamente para pasar del congelador a la nevera. Subir la moral solamente unos escasos grados por cada victoria y no saltar directamente a la vitrocerámica esperando a la sartén y al aceite. Vamos, que no sé yo si será bueno haber empezado tan bien otra vez. Los 4 goles a Ucrania en el Mundial, los 4 goles a Rusia hoy, la sombra de Francia en los cruces... ¿Coincidencias malintencionadas con desenlace escrito?. Lo que sí es verdad es que a la fórmula del peloteo aburrido de los dos últimos encuentros se le sumó la variable "V" de verticalidad. Las vacas, -tudancas y lecheras- se dejaron de aburrir y vieron que el tiki-taka torero cuando quiere funciona. Y lo hace gracias a una delantera que bebe sidra y no vodka, pero con una defensa que no bebe, aunque a veces canta. Villa el que rima con mirilla, no sólo con maravilla, aprovechó todas las aberturas, hasta las más minúsculas como la que le telegrafió Iniesta. Hizo de sus tres goles el merecimiento de su 7 a la espalda. El de los más grandes, el guardado para los elegidos. Ahora tatuado y no cosido.

Dice el guaje que su media naranja,
The New Beetle, se fue triste. Triste por no marcar, suponemos. Que no se ahogue el Niño por no meterla, que con ese carácter de juego hasta el más feo la mete. El que casi se ahoga es Ramos, atolondrado y espesito hoy. Suerte tuvo el de Camas que los hijos de la Madre Patria estuvieran más espesos que él, si es que alguna vez estuvieron. Puyol, en cambio, tan mal durante la temporada, se puso el traje de su homónimo y cumplió como lo hacía en los viejos tiempos; Senna y Xavi, correctos y Cesc, por fin, rompió su maleficio nacional. Con esto y una sidra, España se meó a Rusia sin desabrocharse la bragueta pero guardándose unas gotitas para los suecos. Y para las suecas otra cosa.


lunes, 9 de junio de 2008

Pesimismo antropológico: ¿España es mala por naturaleza?


España, evangelizadora de la mitad del orbe, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio, y no sé cuantas cosas más, tiene en su selección balompédica la imagen agorera y melacólica de la historia de la nación. La selección es como Fernando VII -difícil encontrar algún estudio en el que su figura no sea tratada de manera negativa- como Carlos IV -vendiéndose al extranjero invasor en los momentos importantes- o como Alfonso XIII -malo y punto-, por citar a tres de los peores reyes de nuestra historia. Por tanto no es descabellado que cada vez que llegamos a una Eurocopa -no hablemos de un Mundial-, el pesimismo se apoderé de la mitad de la población, la palabra "cuartos" sea citada diariamente y el "jugamos como siempre y perdimos como siempre" sea la frase más repetida en las crónicas.

Aún así, hay una parte de la población que se resiste ante tal agravio histórico, que resetea su memoria cada dos años, que incluso rompe a llorar cuando la Roja vuelve compuesta y sin copa. Son los llamados "Hispanicus Optimus", los que siempre ven el vaso medio lleno, los que ponen buena cara al mal tiempo, los que te miran a los ojos, los que ven una oportunidad en toda calamidad, los que gritan "Vamos España" cuando lo que vamos es perdiendo por dos goles, los que siempre viajan a las grandes citas, los Manolos del Bombo. En definitiva, los ilusos, entre los que siempre me he incluído.

Pero esta vez veo que se respira un ambiente distinto, un clima de pesimismo generalizado en el país, una venta de humo diferente a la de otros años, en general, una prudencia que nos hace respirar mejor. Es la otra clase de optimismo, el optimismo bien informado, el de la otra España, la del vaso medio vacío, la que sabe que si la tristeza es un don del cielo, la selección española es una enfermedad del espirítu. Una enfermedad a la que todavía le queda un refrán, "no hay mal que cien años dure", pero sí cuerpo que lo resista, nosotros.

P.D: Un saludo a todos los blogueros que, como yo, tienen que tragarse casi toda la Eurocopa estudiando.