¿Qué puede haber de imprevisto para el que nada ha previsto? A bote pronto, para un actor la improvisación quizá sea la piedra de toque del ingenio, pero para un cantante puede resultar una catástrofe que le liquide de los escenarios. Para Pellegrini, el entrenador invisible, la improvisación es lo único claro que ha dejado en los tres meses que lleva en el Madrid. Desde el gol de Galletti (2004) hasta hoy, resultados a parte, ningún entrenador ha logrado encadenar una racha de buen juego. Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro, Capello, Schuster y Juande. Ha llovido. El chileno lleva el mismo camino que sus antecesores, pasar por la trituradora sin pena ni gloria. Y puestos a improvisar, el Madrid ayer lo hizo hasta en los córners. Sin Granero en el campo, (encargado de sacar de esquina) ningún pelele vestido de blanco sabía a quien le tocaba hacerlo. La paradoja la puso Drenthe, que por cierto, cada vez que marca el Madrid pierde.
Casi una decena de entrenadores después, dos presidentes, no se cuantos directores deportivos, miles de millones pasados por caja y cinco años siendo los bufones de Europa la desdicha sigue igual. ¿Qué no ha cambiado en todo este tiempo? ¿Raúl?, ¿la heroica? El primero a golpe de Valium, la segunda a golpe de Raúl, Higuaín y Cristiano. Sólo uno de los tres estaba anoche. Ni Kaká, ni Benzema, ni Xabi, lejos de estilos y tácticas, supieron lo que significaba la épica. Hasta Casillas dejó de ser un santo para tomarse el día libre. Erró en la elección. Sin sus cantadas el Madrid hubiera ganado al geriátrico milanista jugando mal, pero hubiera ganado. Al paso de un octogenario el Milan ha conseguido lo que ni su equipo más legendario de la historia había logrado, ganar en el Bernabéu. Dida 36 años, Nesta 33, Zambrotta 32, Ambrosini 32, Pirlo 30, Seedorf 33, Ronaldinho 29 que parecen 40 e Inzaghi 36. Lamentable. Un conjunto de ex-futbolistas puso en evidencia una vez más a una supuesta máquina del fútbol que supuestamente tendría que jugar bien. Y como supuestamente un equipo no se hace en dos meses esperaremos, pero no mucho más. Las improvisaciones son mejores cuando se preparan.