jueves, 26 de febrero de 2009

Ya no son los cuartos, son los octavos


Angustia por no marcar, miedo a encajar, tembleque para atravesar la muralla destructura -que no creadora- Xabi Alonso/Mascherano, desesperación por no tener un plan de fuga ante tanto desorden de ideas, mala suerte por recibir un gol en una falta que nunca debió producirse y puñalada en el corazón. Una ansiedad infausta se zampó ayer al Madrid en el momento menos indicado de la temporada. Ni se repuso el Madrid ni se repuso el madridismo de otro ataque directo donde más duele: a la injusticia. Benítez provoca que los rivales se autodestruyan a sí mismos. Su fútbol produce náuseas, pero es efectivo, su táctica es vomitiva, pero pocas veces falla. Calculador y álgido desde el minuto 1 al 90. Él es el Liverpool. El Madrid tenía a Lass, pero ayer hacía falta Huntelaar. Robben se atascó -no puede hacerlo todo él solo-, Heinze la cagó, Guti volvió...y el Madrid perdió.

Hoy se llama Liverpool. Ayer se llamaba Juve, Arsenal, Bayern y Roma. Desde aquel 10 de marzo de 2004 contra el Bayern el Madrid naufraga sin cesar en la orilla de la Champions. Ya son más de 5 años sin llegar a la alta mar europea donde ya ni se acuerdan de nuestra existencia. Un lustro sin que un partido del Madrid en Europa comience de día. Un fracaso tras fracaso que ha visto como el Arsenal, el Bayern, la Roma y la Juve han perdido el respeto a quien tanto respetaban. Ahora le ha tocado al Liverpool el papelón de hacer añicos ese respeto. Morir en el optimismo o vivir en la realidad de que en Anfield los milagros no existen. Marcar allí, aunque estemos hablando de fútbol, es una utopía. La leyenda de los octavos se acrecenta. En los momentos importantes, somos peor que la antigua España.

domingo, 15 de febrero de 2009

Sin Robben sí hay paraíso


El paraíso existió lejos de Robben para un Madrid que sin darse cuenta ya lleva ocho victorias consecutivas. Impensable en tiempos schusterianos cuando agonizábamos por una temporada perdida. El daño que hizo Schuster al Madrid lo ha arreglado Juande. A su manera, con unos a cero, con victorias por inercia, con esmalte sin brillo, pero que hoy ha tocado con un clímax inesperado, y sin Robben. Sin el quebrantador de cinturas sobre el tapiz del Molinón el vaticinio era temeroso. El resultado de la sospecha pesimista quedó en agua de borrajas: mejor partido de la era Juande. Por fin el Madrid se hacía protagonista del encuentro. Ni temió al balón, ni echó de menos a Robben, ni se acongojó ante un, a priori, temible Sporting. Se quedó a gusto Marcelo, sorprendente su nueva posición como la noticia de su buen partido. Pepe y Cannavaro retaguardia valerosa dejando que sólo un gol atraviese la puerta de Iker en ocho partidos, Lass se ha empeñado en ser mejor que Makelele, Gago domina el arte del control, gobernador civil del centro del campo; Ramos bueno atacando bueno defendiendo, y arriba el trío calavera que sin Robben también sabe desenredarse en el paraíso. Mojó Raúl, dos veces, mojó Huntelaar, dos veces, aunque algún cegato se empeño en que no fuera así, y no mojó Higuaín, pero ya moja otras veces. El 7 respondió a las mofas del Molinón con números de record. Ya es el primero en la tabla de goleadores blancos, en la historia y este año también. Algo hará bien.

Para Preciado su equipo hizo el peor partido del año. No tuvo nada que ver que el Madrid no le dejara hacer nada. Aquí el único que no deja hacer nada a los rivales es el Barcelona. Y no se discute. Para Preciado su equipo perdió en el Camp Nou porque el Barça es mucho Barça. Y no se discute. Para Colsa el Madrid juega como un equipo pequeño. Y no se discute. Para Serrano el Barcelona está muy por encima del Madrid. Y no se discute. Tampoco se discute que a Iniesta se le olvidara el bañador en el Ruíz de Lopera. El empujoncito de siempre para que los Intocables no pierdan su línea. Arbitrar la final de Copa está más caro que nunca este año. Se dice que el Barça no necesita de los árbitros para ganar. Ayer le necesito para empatar. Nada nuevo bajo el sol. Ese que ciega a quien no quiere ver que esos 10 puntos de diferencia deberían ser muchos menos si la justicia se aplicara justamente. A los que estamos hasta el moño de la benevolencia arbitral hacia este club decirles que no hay que preocuparse. Queda lo peor.

sábado, 14 de febrero de 2009

Sin Robben no hay paraíso


La baja del holandés más en forma del mundo deja para mañana una fosa de mediocridad en la vanguardia blanca. El precedente no acompaña, en el Camp Nou se le echó de menos, y se perdió. Con Robben en estado de gracia el Madrid lo ha ganado todo. Sin Robben, el Madrid es víctima de un juego anodino falto de corriente continúa, un organismo sin extremidades, un ordenador sin fuente de alimentación. Porque Robben lo es todo para el Madrid y el Madrid lo es todo para Robben. Sólo él sabe secuestrar la pelota en este equipo, sólo él transmite la esencia de la quinta marcha que se exige a todo crack viviente. En su pecho el escudo, en su cabeza un adjetivo: eléctrico. Sus patas raudas le mantienen en el suelo y pegado a su tobillo está el balón. Por eso Robben es tan necesario para el Madrid, por eso el holandés de cristal es el mejor sobre el pasto del Bernabeú. Si el cristal se rompe, el Madrid se hunde. El debate de la Robbendependencia está más abierto que nunca.Visto de otro modo, ni siquiera hay debate. Porque Robben es el Madrid y el Madrid es Robben. La defensa del Sporting lo tendrá más fácil, Manolo Preciado respira, el Molinón no tiembla y el madridismo, expectante sin su Gento holandés, reza. Al Madrid sin Robben es muy fácil ganarlo. 7 de 7 con el nuevo ídolo del madridismo. ¿Sin Robben no hay paraíso?

domingo, 1 de febrero de 2009

Sólo los hormonados se merecen proteccionismo


La tibia de Toni del Moral no vende portadas. Es una tibia mediocre, vulgar, sin un lugar que ocupar en los baúles del fútbol. Una tibia cualquiera de un equipo cualquiera que no recibirá de proteccionismo mediático. Que no lleva el balón pegado a ella ni tiene acento argentino. No viste de azulgrana ni es internacional. Tampoco toma hormonas para crecer. La entrada criminal de Alves pasará desapercibida para gran parte de la prensa protectora de El Equipo. Las rotativas de este país no gastarán tinta en la acribillada pierna de Moral. Porque no es debate nacional, porque a nadie le importa mientras no se llame Messi y juegue en el Barcelona. Porque si llega a llamarse Messi y jugar en el Barcelona a su infractor ya le estarían buscando prisión, sin fianza. Sería el nuevo Andoni Goicochea, martirio de Maradona. Un quebratador de huesos y sueños barcelonistas que hundiría moralmente a un equipo que es una auténtica mediocridad sin el argentino. Pero eso no ha pasado. A Messi no se le puede toser. Tiene el cartel de "Prohibido tocar" impreso en la bota. Un cartel que a Robben no le cuelgan.

La marrullería de Alves es parte de su ADN, combinación de sevillismo y barcelonismo, carnicero en la clandestinidad. De esos que los árbitros no perciben y otros no quieren percibir. Un experto en el género del disimulo. Un matón de tirar la piedra y esconder la mano. Hoy casi le parte la pierna a un adversario. Su ataque quedará impune. Ni targeta, ni falta, ni una mirada al balón, ni una palabra de disculpa, ni un gesto de arrepentimiento. Jugará el siguiente partido sin ningún remordimiento. Toni Del Moral, aún sin saber el alcance de la lesión, no lo hará, y sin saber hasta cuando. El Barça no sabe vivir sin Messi. Si algún día el argentino falta por una acción como la de Alves los sicarios que se encuentran en el paro dejarán de estarlo. Esta tarde en el Sardinero hubo mucho hijo putativo -como canta la afición verdiblanca a los racinguistas infiltrados de culés-, Dani Alves fue uno de ellos.