jueves, 28 de agosto de 2008

Daños colaterales


Ramón Calderón ha tocado la cima del despropósito en su gestión deportiva desde su subida a la poltrona. Ya nos avisaba el amigo Abellán de los peligros de este sujeto y por aquel entonces considerabamos los ataques del locutor de la Cope como anécdotas sin importancia para el devenir del club. Pero no. El tiempo ha terminado por dar la razón a los detractores de este embustero, inepto y rufián. Los que éramos medio críticos con el presidente por sus primeras promesas incumplidas no veíamos el momento de hacerle frente debido a la sombrilla que supuso las dos ligas cosechadas. Ese eclipse hizo que la ya por aquel entonces mala gestión del club quedara tapada por los éxitos deportivos, los cuáles deben quedar deshermanados de la administración del Madrid. Algunos no se dieron cuenta de eso.

Ahora el paleto de Concha Espina ha conseguido que dos jugadores hinchen sus arcas subiéndoles el sueldo, pero una vez más se ha olvidado de traérselos. Si hace unos meses alguien dijera que jugadores como Cazorla iban a decir "no" al Madrid, o que en la era Florentino el Valencia iba a rechazar 45 millones por un jugador simplemente es que estaba demente. Hoy en día es lo más normal del mundo. Ahora nadie quiere negociar con el Real Madrid; y si lo hace siempre será llevándose un buen pellizco, sobre todo si esos equipos militan en la liga española, sabedores del hazmerreír y la guasa que supone en la actualidad hacer negocios con el club blanco: un chollo.

¿Puede dar la cara Mijatovic y explicar por que carajo no ha realizado una contraoferta al Villareal? ¿Puede dar la cara (-dura) Calderón y explicar por que narices jugadores que no cotizan en la élite del fútbol cierran sus puertas al Madrid si nunca en la historia lo han hecho? ¿Pueden explicarnos ambos chupópteros por qué Robinho puede marcharse del Madrid por una cantidad mucho menor de los que en principio habían anunciado? ¿Puede decirme alguien que hay que hacer para echar a estos dos incompetentes del club de una santísima vez? ¿Puede...? En fin.

La imagen del Real Madrid pasa por el peor momento de su historia sin importarle a sus directivos y a muchos de sus socios y aficionados a los que se les está pegando la demencia del presidente debido a su escaso espíritu de crítica. Yo les llamo: los de la bocina. Los piperos irían en otro grupo. Por eso pido a ese porcentaje del madridismo -el que se limita a leer a los Roncero y compañía- que por favor habra los ojos de una vez y observe que Calderón (¡atención!) miente más que el Marca. No estamos en Hallowen pero el Madrid ya va por su quinta calabaza. Ni Kaká, ni Cesc, ni Ronaldo, ni Villa, ni Cazorla... ¡Que me devuelvan la ilusión!

P.D: Desde aquí apoyo un hipotético golpe de estado de FP.

lunes, 25 de agosto de 2008

18 mejor que 22


A veces en la vida hay cosas que no se pueden explicar. Por ejemplo, ¿como es posible que del amor al odio sólo haya un paso? Mejor aún, ¿como es posible que del odio al amor haya sólo 45 minutos? Pues bien, la respuesta no está lejos y la encontramos en el partido de esta noche. Y no es precisamente motivos para enamorarse lo que ha desatado el Madrid en el día de hoy. Ha sido la sorpresa, la fe, la casta, el orgullo, las meigas, los espíritus y Capello. Ha sido el paso del drama a la tragedia y de la tragedia a la comedia. La tomadura de pelo más grande de la historia que encima ha salido improvisada. Porque al descanso ésto no se lo esperaba ni el más ciego de los mandatarios blancos. El amigo Calderón, que en 45 minutos ha pasado de verse con el pellejo colgando de la torre Picasso a nadar en un mar de felicidad. Al presidente le vuelven a salvar los jugadores. Y es que sólo hay que ver como se abrazaba a ellos en el palco. Estaba cagado y acabó cagando suspiros de alivio. Sabía que en ese momento nadie se iba a acordar de él. Que otro milagro le ha vuelto a acompañar, y ya van demasiados.

A la noche irracional se sumó un tío que -como el Real Madrid- vive al margen de la ley. Sabe que es el peor árbitro de primera. Y se la pela. Sabe que le encanta ser protagonista. Y le da igual. Sabe que es un anarquista del arbitraje. Y le importa un rábano. Es un hombre que tiene faceta de villano, aunque él se crea un justiciero. Y que gracias a la Federación se lo sigue creyendo. Se llama Iturralde, y no hay nada más que decir. Aunque el no quería, fue el encargado, con su antimadridismo, de dar alas al Madrid. Así, con todo del revés, con tu público en contra, con un juego paupérrimo, con cadáveres futbolísticos andando sobre el campo, con un bloqueo mental de tres pares de cojones surgió la especialidad de la casa. Una que no entiende de sistemas, ni de jugadas ensayadas. Su único lenguaje es remontar, su única arma, los testículos. Mejor pocos y buenos, que muchos y malos. De ahí que esta noche 18 cojones pegaran mejor que 22.

Y entre esos 18, había dos de oro. Los de Robben. Sin palabras lo del holandés. ¿Quién dijo que está hecho de cristal? No señor. Está hecho de queroseno. Él solo ha hecho temblar a toda la zaga del Valencia que ha tenido que ir a por él de cinco en cinco. Y ni con esas. Se los ha cepillado a todos. El holandes se merece un monumento. Ha sido lo único destacable del partido a nivel individual, y también de la eliminatoria. Tras el empate ha llegado lo que parecía el finiquito del partido: la segunda expulsión. Excesiva como la anterior. Al Valencia le ha entrado un canguele injustificado. Sobre todo, porque en ese momento el Bernabéu había dejado de apretar viendo como imposible la machada. No fue, por tanto el miedo escénico lo que provocó el segundo gol. Fue el empuje de un equipo que se había creído su propia mentira, la de remontar. Y ésta fue tan rápida que no dio tiempo a digerirla. Van Nistelrroy, Ramos, De la Red e Higuaín. Cuatro goles que rompen todas las lógicas existentes en el fútbol. En apenas un suspiro el Valencia murió asesinado por el Real Madrid. Los ches que parecían tener controlado el partido ante un Madrid perdido también nos engañaron. Ni lo tenían controlado ni gaitas. Fue la lógica menos lógica de un partido de fútbol que empezó en el infierno y acabó en el cielo. Una gran mentira que no debería engañar a nadie. La épica es la épica. Jugar al fútbol es otra cosa.

lunes, 18 de agosto de 2008

Paparda veraniega


El Madrid comienza la temporada con su panoja habitual. Perdido, partido y podrido. Aunque no sea extraño ya perder la ida de la Supercopa no deja de ser misterioso. Y es que para el Madrid no pasa el tiempo. Casillas salvando, Van Nistelrooy marcando y los demás mirando. Como siempre, pero un año más viejos. Sólo se salva Robben que está unas cuantas marchas por encima de los demás. El resto, pues eso, de vacaciones todavía. Y eso que en frente se encontraba unos de los peores equipos de la pasada campaña. Pero ni con esas. Aquellos días de felicidad tras ganar la liga y humillar al Barcelona, fueron eso, días. Porque lo visto hoy ha sido una vuelta a la cruda realidad. Esa que nos acompaña tantos momentos a lo largo del año, a pesar de que luego se ganen títulos y se olvide todo. La escusa de estar en pretemporada no vale, sino que se lo pregunten a los del kilómetro 600 y a Eto´o.

Con este pesar salió el Madrid a especular. Y especuló tanto que antes del primer cuarto de hora Casillas ya había parado tres. Vuelta a la realidad. La defensa, indefensa, se desbordó desde el primer minuto. Javi García no es Pepe, Salgado no es Ramos y Ramos tampoco es Ramos. Diarrá no es el caballero oscuro, sino Harvey Dos Caras. Corta casi todas para luego regalarlas. Sólo le falta la moneda para elegir a quien dársela. Aún así, se volvió a cumplir una de las máximas del catecismo blanco: la pegada del Madrid. Ese tópico que nunca falla hizo que el holandés asesino se fuese con un doblete para casa. El primero sin avisar, el segundo tras jugadón de Robben. Y se acabó. El resto del partido el Madrid siguió especulando. Un par de ocasiones falladas y muchos desajustes. Pero el Valencia no especuló. Los tópicos también se cumplieron por parte ché: un ex que le marca a su ex, un clásico como Vicente que se reencuentra con la felicidad y un golito del de siempre, el 7, que no se apellida González, ni se llama Raúl, porque de ese no sabemos nada (sólo que le putearon un poco poniéndole la Eurocopa tan cerca).Y del maltratado Robinho, tampoco.

El Madrid que se había caído para volver a levantarse tras la remontada ché no pudo hacer lo mismo por segunda vez, hundiéndose en su propia mediocridad. La que nos va acompañar todo el año, se gane lo que se gane, mientras Calderón siga sin abrir los ojos. Porque hoy ha vuelto a decir lo mismo. Esas palabras que son como alfileres cortantes. "No habrá más fichajes", arggggg. Duele escucharlo. El hombre del "donde dije digo" no sale de su gilipollismo ilustrado. No se da cuenta la mierda de plantilla que tenemos. El domingo el Bernabéu dictará. 3-2 hoy, y a pasarlo putas en la vuelta, que huele a paparda nacional. De momento la Supercopa está perdida y el Madrid hace mucho que no remonta una eliminatoria adversa.

jueves, 7 de agosto de 2008

El hombre de las promesas incumplidas


Sin anestesia y como una patada en el nardo. Así me ha sentado la decisión final de Cristiano de quedarse en el club en el que no quiere quedarse. La razón la sabe el sólo, y a la vez, la sabemos todos. Que el borracho escocés le haya convencido para quedarse no es el argumento que más peso tiene. Al final y al cabo, CR7 quiere seguir soñando de blanco. Jamás el Madrid tendrá la oportunidad de fichar a un crack con tanta facilidad. Por eso, el responsable está más próximo al Bernabéu. De hecho se encuentra subido en la poltrona. Es el hombre que podría protagonizar una secuela de la película Promesas incumplidas, esa en la cuál el protagonista es estéril, como el presidente del Madrid a la hora de fichar estrellas. De acuerdo estoy en que las comparaciones son odiosas, pero también necesarias. Por algo llamaban al "otro" el Ser Superior. Es inevitable decirlo aunque todos lo sepamos. Con Florentino tendriamos a Cristiano Ronaldo. Pero no ahora, si no desde principios de Julio. Y también a Kaká, y a Cesc, y a cualquier antojo de estrella que haya en el mercado. Y aunque los antojos no son buenos, hay veces que sí son necesarios. Y Cristiano, lo era.

Calderón ha suspendido cada vez que se ha presentado a buscar una matrícula, pero en cambio, ha aprobado en mediocridad. Dos formas distintas de mirar un resultado.
Cierto es que ha ganado dos ligas consecutivas, pero también ha hecho el ridículo en dos Champions. Él mismo dijo que este año se ficharía poco pero bien. ¿Recuerdan? Pues bien, de momento ha cumplido la mitad. Se ha fichado bien, pero no poco, poquísimo. Ese "primer y único" fichaje no sirve ni para maquillar al equipo. Ahora es posible que entren las prisas y a Schuster el cabreo. Con más razón que un santo. Y encima sin plan "B".